Timonel de Banmédica Disparó sus dardos en contra de la autoridad por fiscalización discriminatoria Kubik acusa a superintendente: “Inostroza teme impacto en su carrera política”
Lourdes Gómez B.
Una dura crítica en contra del superintendente de Salud, Manuel Inostroza, realiza el gerente general del holding Banmédica. El ejecutivo de la firma -que posee un 26,9% del mercado de Isapres, a través de Banmédica y Vida Tres-, y ex presidente de la Asociación de Isapres acusa a la autoridad de salud de aplicar desiguales políticas de fiscalización al sistema publico y privado. Argumenta que Inostroza favorece el sistema de salud estatal por el impacto que pudiera producirle adoptar “una mano más dura” contra el propio gobierno. “El superintendente tiene temor de hacer lo que le corresponde por los eventuales problemas que pudiera tener en su carrera política”, precisa el ejecutivo.
¿En qué se sustenta esta desigualdad a la que se refiere?
Él debe cumplir con su rol, que es ser superintendencia de Salud y, por lo tanto, velar porque se cumplan las garantías del Auge, no solamente en el sector privado -donde siempre se han cumplido- sino que también en el sector público, donde hay menos noticia, pero hartos incumplimientos.
¿En qué nota esta mayor fiscalización a las Isapres?
Hay una fiscalización permanente a la Isapres, como si fueran las únicas que existieran y sus afiliados los únicos desprote–gidos, cuando en realidad son lejos los más protegidos porque corresponde a gente que vela más por su derechos. Sin embargo, vemos que en el sector público hay gente que no está teniendo la protección que debiera tener. Además, detrás de esto hay un sesgo ideológico que impide que el sector público compre más servicios al sector privado, porque hoy día todos estos problemas de oportunidad del Auge pudieran estar resueltos en la medida que el Ministerio de Salud, que tiene los recursos, tenga más preocupación por las personas.
¿Pero la labor de Inostroza es fiscalizar también a las Isapres?
Mi queja va en que, como sector privado, vemos que el superintendente siempre opera con un sesgo negativo. Basta con que haya un pequeño error en cifras, que son una fracción del total de los recursos que estamos administrando, para que se afecte el prestigio y el desarrollo del sector. No tenemos la misma vara para proteger a la gente más indefensa del país que está al otro lado.
¿Esto se debe a que la autoridad es juez y parte en la fiscalización a Fonasa?
Se creó la Superintendencia para evitar ese problema, pero creo que no tiene ninguna capacidad práctica de controlar al sector público, entre otras cosas, porque incluso los castigos o multas también son discriminatorios. La ley no permite que se aplique las mismas multas al Fondo Nacional de Salud (Fonasa), entonces claramente estamos siendo medidos con distintas varas. Las consecuencias prácticas de esto son que el sector privado tiene más regulaciones, se encarece su actuar y le cuesta crecer. Pero, por otro lado, estamos creando un problema, que no estamos resolviendo. La gente tampoco sabe que hay un problema ahí.
¿Esa visión discriminatoria, en qué medida limita el crecimiento del sector?
Nosotros tenemos una competencia desleal permanente porque en la práctica, los costos de salud suben igual en el sector privado y el público, pero estamos obligados a traspasarlos a precios y eso afecta a nuestra capacidad de desarrollo. En cambio, en el sector público, donde los costos suben a la misma tasa que el sector privado, los problemas se resuelven aumentando el ítem presupuestario. Por eso, quienes de alguna forma compiten con nosotros tienen un precio mentiroso para los usuarios porque están recibiendo subsidios que no lo recibimos acá. La gente que está en el sector privado está incurriendo altísimos costos para pagar su plan de salud, de entre un 10% ó un 12 % de su renta, y eso explica el lento crecimiento de la industria.
¿Ustedes están trabajando para lograr algún tipo de autorregulación?
Siempre hemos estado por autorregularnos, pero si esto se entiende por eliminar tabla de factores de riesgo y precios diferenciados, la verdad es que el sistema moriría, porque en definitiva pagar el mismo precio significa que los que gastan más, que son los mayores, tendrían un precio mas bajo y los que gastan menos, que son la gente joven, tendrían que pagar mucho más. De esta manera, los jóvenes tenderían a irse a Fonasa y al hacerlo, a la larga, el sistema moriría por los altos cotos. Hay una posición demagógica al decir que todo se arregla con la tarifa plana, eso es no entender nada de nada, es matar la esencia del concepto del seguro.
¿Pero la autorregulación es mejor que un proyecto de ley por los efectos colaterales que puede traer?
Sin duda, pero insisto no habría presión por autorregulación si tuviéramos un autoridad objetiva, un superintendente que cumpliera su rol y no usara muchas veces, como en mi opinión si lo está haciendo, a la industria para proyectar cierta imagen política que le pudiera traer beneficios …creo que el superintendente no tiene autoridad frente a Fonasa, pese a que la ley lo establece. Por otro lado, creo que tiene temor de hacer lo que le corresponde por eventuales problemas que pudiera tener en su carrera política.